María

El nombre de María en su forma helenizada corresponde al hebreo de Miriam.

La Biblia menciona a María como receptora de un inesperado mensaje que nos muestra algunos detalles de su personalidad espiritual por su humildad y obediencia al Señor.

«Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Lucas 1:26-33

La joven doncella quedó perpleja y turbada por las palabras del ángel y preguntó «¿Cómo será esto? pues no conozco varón.» Lucas 1:34

En el lenguaje bíblico «conocer» se refiere en ocasiones a la unión sexual para concebir.

María estaba desposada (prometida) con José «el carpintero», pero antes que consumaran el matrimonio no entendía la posibilidad de concepción pues ella era virgen.

¿Qué consecuencias podría traer a su relación con su prometido? ¿Cómo sería eso posible?

«Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; porque nada hay imposible para Dios. Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia» Lucas 1:35-38

El poder creativo de Dios formaría, como en el pasado, vida nueva en su matriz. Nada hay imposible para Dios.

La joven embarazada viajó rápidamente a una población de las montañas de Judá para visitar a una parienta con el fin de compartir con ella sus extraordinarias vivencias recibiendo de Elisabet estas preciosas palabras «Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre.» Lucas 1:42
A lo que ella respondió con alabanza al Señor en lo que se conoce como el «Magnificat»

«Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre, Y su misericordia es de generación en generación A los que le temen.» Lucas 1:46-50

El resto de referencias a María en los evangelios son muy escasas más allá de algunos detalles del nacimiento de su hijo primogénito y su infancia detallados por los evangelistas (Mateo 1 y 2; Lucas 1 y 2)

Aparentemente no acompañó a nuestro Señor en sus viajes misioneros, aunque estuvo junto a él en las bodas de Caná (Juan 2:1-12). También es citada en Lucas 8:19-21 cuando el Señor coloca la fidelidad espiritual por encima de la relación familiar.

Finalmente, en los evangelios encontramos a María al pie de la cruz en el momento en que ella y el discípulo amado reciben de nuestro Señor el encargo de cuidarse mutuamente en Juan 19:25-27

Solo hay una nueva referencia explícita en el Nuevo Testamento de María junto con los apóstoles y discípulos del Señor «Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos» Hechos 1:14

Esta brevísima descripción de la persona de María en la narración bíblica y su relación con nuestro Señor dejan muchos huecos en el relato que las «leyendas piadosas» no han demorado en llenar.

Pero consecuentemente no podemos llevar los registros del evangelio más allá de su límite histórico y denunciar como herejías que ofenden a Dios y a la misma María el desarrollo de la «mariología» en un culto indebido a su bendita y ejemplar persona.

Contrastar las enseñanzas de la iglesia de Roma con las de la Palabra de Dios es sumamente importante para deshacer las falsas enseñanzas sobre María, la madre de Jesús.

Veamos algunas de ellas:

1.- María como «Madre de Dios»

Esa mujer es madre del Hijo de Dios. La Biblia nunca llama a María «madre de Dios» pues vendría a significar «madre de la divinidad» o madre de Dios Padre.

2.- La perpetua virginidad de María

En contra de lo que la Biblia enseña «Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.» Mateo 1:25

3.- La inmaculada concepción de María

Definida por Pío IX en el año 1854 que determinó ser sin pecado original.

4.- La Asunción corporal a los cielos

Dogma definido por Pío XII en el año 1950 en que es arrebatada en cuerpo y alma al cielo.

5.- La mediación universal de las gracias

En la Edad Media comenzó a ser tenida como mediadora junto al Padre, o sea, el medio por el cual descienden a nosotros todas las gracias y suben al Padre nuestras oraciones. Por ejemplo:
«Hay cosas que se piden a Cristo y no se reciben, pero si se piden a María son otorgadas» – Las Glorías de María. Ligorio.
El Papa León XIII en el año 1891 se atreve a decir «Así como nadie puede acercarse al Padre sino por el Hijo, de modo semejante nadie puede acercarse al Hijo sino por su Madre.«

6.- María como corredentora con Cristo de los pecadores

A nivel soteriológico, es decir, la doctrina referente a la salvación humana, se enseña que así como Eva fue la causante de nuestra ruina, María dio el primer paso para nuestra Salvación.
Justino e Ireneo sostenían esta enseñanza y San Agustín dio el paso definitivo al afirmar que «María es la madre espiritual» de los miembros de Cristo que somos nosotros, porque cooperó con amor para que en la iglesia nacieran los fieles que son miembros de aquella Cabeza.
Los papas Pío X y Benedicto XV fueron más lejos «María podía ser llamada propiamente corredentora, porque ofreció a Cristo en el Gólgota al Padre, juntamente con la renuncia de sus derechos maternales«
En el Concilio Vaticano II en lugar de corredentora se prefiere hablar de cooperadora a la obra de la redención.

7.- María madre de la Iglesia

Declarada por Pablo VI

8.- María Reina del Cielo

Pretensión que forma parte de la letanía del Rosario resumiendo todos los excesos de devoción a María que asume que quien manda en el cielo no es Dios sino María.

Nada, de todo lo dogmatizado en la «mariología» está informado, sustentado y tratado en la Biblia.

¿Podemos acaso violentar el relato sobre su bendita persona y ejemplo?

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