INVITA A JESÚS A ENTRAR

«Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista.» Lucas 24:31

Nuestro último invitado se despidió, y yo dejé escapar un suspiro de gratitud.

La cena de Pascua que habíamos planeado para familiares y amigos había salido excelente. Hubo suficiente comida. Buena comunión. ¡Ninguna discusión!

Sin embargo, en los días que siguieron, ¿por qué me sentí decepcionada?

El día más santo del calendario cristiano -el Domingo de Resurrección- había bendecido a nuestros familiares y amigos mediante nuestro Salvador resucitado. Pero ahora, después de la resurrección ¿qué debía pasar?

Como respuesta inspiradora, la Biblia relata un encuentro sorprendente entre Jesús, después de su resurrección, y dos creyentes.

Estos dos individuos -uno llamado Cleofas y otro del cual no se menciona el nombre-, se sentían decepcionados mientras iban caminando de Jerusalén a Emaús. Todavía consternados por la crucifixión de Jesús, hablaban entre ellos, cuando «Jesús mismo» se acercó y se puso a caminar a su lado (Lucas 24:13-15).

Al principio, no lo reconocieron. Sin embargo, tuvieron una conversación sincera, mientras Jesús los desafió a tener fe en la victoria de su Mesías, tal como profetizaban las Escrituras.

Como sintieron que su corazón se conmovía y recibía aliento, no quisieron que Jesús siguiera su camino. En cambio, un agradecido Cleofas invitó a Cristo a entrar a su casa y quedarse con ellos (Lucas 24:29).

El triunfo de la Pascua no se desvanecerá si invitamos a Jesús a entrar y quedarse a la mesa de nuestro corazón, donde se forman las relaciones.

Él habitará en nuestro interior con su Espíritu, y su poder estará presente y activo en nuestras vidas.

Y cuando lo invitamos a entrar, su respuesta es: ¡«Sí»!

¿Has invitado a Jesús a quedarse contigo?

Jesús, no dejes que me aleje de tu resurrección triunfante después de la Pascua. Entra y quédate conmigo, habitando en mi interior por tu Espíritu, y cambiándome para siempre con tu presencia y poder.

Fuente: Nuestro Pan Diario
Citas bíblicas: Reina Valera 1960

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