UN MUNDO PERFECTO

«Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas…» Apocalipsis 21:5

A Catalina le asignaron la tarea escolar de escribir un ensayo titulado «Mi mundo perfecto».

Escribió: «En mi mundo perfecto… el helado es gratis, los dulces están por todas partes, y el cielo está azul todo el tiempo y con unas pocas nubes de formas interesantes».

Luego, su ensayo se volvió más serio.

Continuó diciendo que, en ese mundo: «Nadie regresará a casa con malas noticias. Y nadie tendrá que estar encargado de darlas».

Nadie regresará a casa con malas noticias. ¿No es maravilloso?

Esas palabras apuntan con toda firmeza hacia la confiada esperanza que tenemos en Jesús. Él hará «nuevas todas las cosas», al sanar y transformar nuestro mundo (Apocalipsis 21:5).

El paraíso es el lugar del «no habrá más»: ¡no más maldad, no más muerte, no más lamentos, no más dolor, no más lágrimas (Apocalipsis 21:4)

Es el lugar de la comunión perfecta con Dios, quien, en su amor, ha redimido y reclamado a los creyentes como posesión suya (Apocalipsis 21:3).

¡Qué gozo maravilloso nos aguarda!

Podemos disfrutar aquí y ahora de un anticipo de esa realizar perfecta. Al buscar la comunión con Él todos los días, experimentaremos el gozo de su presencia (Colosenses 1:12-13).

Incluso, al luchar con el pecado, hacemos nuestra la victoria de Cristo (Apocalipsis 2:13-15), Aquel que venció el pecado y la muerte por completo.

¿Por qué un creyente puede tener esperanza, paz y gozo aun en tiempos difíciles? ¿Cómo puedes ser una luz para alguien que lucha con sentimientos de consternación y desesperanza?

Señor, gracias porque haces todo nuevo. Ayúdame a vivir en la esperanza del día en que viviré contigo, puro y sin mancha, en una tierra nueva en tu presencia para siempre.

Fuente: Nuestro Pan Diario
Citas bíblicas: Reina Valera 1960

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