TOMA LA CRUZ

«Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas» 1ª Pedro 2:21

En una visita a la Catedral de Amberes en Bélgica, me impresionó una de sus esculturas llamada El hombre que lleva la cruz. De bronce pulido, un hombre con un impermeable y anteojos levanta la mirada a una cruz grande que sostiene haciendo equilibrio con una mano.

Al principio, no me gustó. El hombre hacía equilibrio con la cruz sin ningún esfuerzo, como si estuviera haciendo algún truco de circo, lo cual parecía frívolo para un símbolo tan poderoso de nuestra fe.

Sin embargo, investigar un poco me ayudó a cambiar de opinión. Según el funcionario de la iglesia que encargó la pieza, la escultura representa lo que invitan a hacer a cada persona que visita la catedral: tomar la cruz en sus manos y contemplarla, para que puedan encontrar «un objetivo y un significado» para sus vidas.

Cuando el apóstol Pedro quiso inspirar una vida piadosa (1ª PEdro 2:1-2), él también sostuvo la cruz para que otros la contemplaran.

Nos dice que miremos la muerte de Jesús, donde Él cargó nuestros pecados y ofreció sanidad y perdón (1ª Pedro 2:24).
Nos insta a ver cómo Jesús sufrió por hacer el bien, dándonos un ejemplo a seguir (1ª Pedro 2:20-22).
Nos llama a contemplar a Aquel que colgó de esa cruz, y a ver al Líder supremo de para nuestra vida (1ª Pedro 2:25).

Entonces, sostengamos en alto la cruz. Observándola con atención. El amor que revela es nuestro objetivo. Aquel que se levantó de ella le da significado a nuestra vida.

¿Cómo contemplarás la muerte de Cristo por ti hoy?
Imagina si Jesús nunca hubiera vivido, muerto y resucitado.
¿Cuán diferente sería tu vida?

Perdón de pecados, sanidad de vida, significado, propósito y amor eterno. Gracias por lo que hiciste en la cruz, Jesús.
Mi vida te pertenece.

Fuente: Nuestro Pan Diario
Citas bíblicas: Reina Valera 1960

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