«… confiad, yo he vencido al mundo» Juan 16:33
Corrie y su hermana Betsie estaban en la fila para su inspección médica semanal.
Mientras temblaban en el frío pasillo y soportaban la humillación de caminar desnudas junto a los guardias, Corrie recordó: Jesús colgó desnudo en la cruz. Entonces, le susurro a su hermana que estaba parada frente a ella: «Betsie, a Él también le quitaron la ropa».
Betsie respondió con la voz entrecortada: «Ay, Corrie. Y yo nunca le di las gracias».
Allí, en el espantoso ambiente del campo de concentración de Ravensbruck, en la Alemania de la Segunda Guerra Mundial, Corrie recordó lo que Jesús había soportado… y eso la sostuvo.
La relojera holandesa Corrie ten Boom, junto con su hermana y su padre anciano, habían sido traicionados y encarcelados por esconder judíos en su casa. El padre y la hermana de Corrie murieron en la cárcel, pero a Corrie la liberaron debido a un «error administrativo», y llegó a hablar a miles sobre el maravilloso amor y el perdón de Dios.
Jesús sufrió traición, humillación y palizas… y murió desnudo sobre una cruz mientras los soldados sorteaban entre ellos sus ropas (Marcos 15:15-25)
¡Soportó todo esto porque nos ama! (Juan 3:16)
Como sus discípulos, al igual que Corrie, también podemos hallar consuelo en medio de las pruebas, la persecución y el dolor.
Nuestro Salvador sufriente entiende lo que estamos atravesando y nos reconforta diciendo «Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo» (Juan 16:33)
¿Cómo te reconforta saber que no estás solo en tu sufrimiento?
¿Cuándo experimentaste paz en medio de los problemas?
Jesús, gracias por enfrentar humillación, sufrimiento y aun la muerte por mí. No lo merezco, pero me amas. ¡Me amas a mí!
Fuente: Nuestro Pan Diario
Citas bíblicas: Reina Valera 1960