UNA SANIDAD MÁS PROFUNDA

«Más él […] fue […] molido por nuestros pecados; […] y por su llaga fuimos nosotros curados.» Isaías 53:5

El domingo de Pascua de 2020, la famosa estatua Cristo Redentor, que se levanta sobre Río de Janeiro en Brasil, fue iluminada de manera que parecía vestir a Jesús con el atuendo de un médico.
La emotiva representación de Cristo como médico fue un tributo a los muchos obreros del área de salud que están en el frente de la batalla, luchando en la pandemia del coronavirus.
La imagen retrata vívidamente la descripción común de Jesús como nuestro gran Médico. (Marcos 2:17)

Jesús sanó a muchos de sus dolencias físicas durante su ministerio terrenal: al ciego Bartimeo (Marcos 10:46-52), a un leproso (Lucas 5:12-16) y a un paralítico (Mateo 9:1-8), por nombrar algunos.

Su cuidado por la salud de aquellos que lo seguían también se demostró al proveer cuando tuvieron hambre y multiplicar una comida sencilla para alimentar a las multitudes (Juan 6:1-13) Cada uno de estos milagros revela tanto el gran poder de Jesús como su amor genuino por las personas.

También le interesaba sanar un problema aún más devastador que cualquiera de las enfermedades físicas que curó.
Su acto más grande de sanidad vino a través de su muerte y su resurrección, tal como había anunciado el profeta Isaías.

Por las heridas de Jesús somos sanados de nuestra aflicción más grave: nuestra separación de Dios como resultado de nuestros pecados (Isaías 53:5).

Aunque Jesús no nos sana de todos nuestros problemas de salud, siempre podemos confiar en la cura para nuestra necesidad más profunda: la sanidad que trae a nuestra relación con Dios.

¿Cómo han experimentado tú o alguien que conozcas el toque sanador de Dios? ¿Cómo te ayuda tu relación sanada mediante la muerte y la resurrección de Jesús a soportar las dolencias físicas que sigues padeciendo?

Jesús, gracias por tu sacrificio que trae sanidad a mi enfermedad espiritual. Ayúdame a confiar más en ti en tiempos de desafíos físicos.

Fuente: Nuestro Pan Diario
Citas bíblicas: Reina Valera 1960

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